Boceto
El boceto es una representación
simple de aquello que estás por realizar y te permite anticiparte a complicaciones que puedan surgir al momento de
finalizar un trabajo o bien a darte cuenta de los errores de planteamiento que
hayas podido tener. Además, te permite estudiar
los puntos principales o los ejes de tus diseños y/o creaciones.
El boceto, en el ámbito de las artes gráficas, no es muy diferente del concepto de borrador de un documento escrito. Concretamente, en el mundillo de la historieta es el inicio de un cómic en lo que sería su fase pictórica de producción.
El dibujante recibe el guión del guionista y, siguiendo las anotaciones escritas en este, dibuja las páginas del cómic. Sin embargo, antes de dibujar las páginas definitivas de la obra, el propio dibujante debe reflexionar varias veces sobre la historia y sobre como reflejarla. En ocasiones este trabajo depende enteramente del dibujante, otras veces, sin embargo, también es posible que el guionista deseara una interpretación concreta, en cuyo caso, esto se refleja en el propio guión.
En cualquier caso, el dibujante sigue teniendo libertad suficiente a la hora de plasmar gráficamente el guión como para no ser capaz de sacar el mayor partido posible a sus habilidades a la primera. Para ello, el artista debe realizar una serie de bocetos que reflejen la historia. Normalmente, son representaciones gráficas burdas, llenas de anotaciones a mano, flechas de movimiento, líneas y símbolos que solo tienen sentido para el propio dibujante.
Un buen proceso de bocetaje, con diversas remesas de borradores, es clave para obtener un buen resultado a la hora de dibujar un lápiz final.
El boceto, en el ámbito de las artes gráficas, no es muy diferente del concepto de borrador de un documento escrito. Concretamente, en el mundillo de la historieta es el inicio de un cómic en lo que sería su fase pictórica de producción.
El dibujante recibe el guión del guionista y, siguiendo las anotaciones escritas en este, dibuja las páginas del cómic. Sin embargo, antes de dibujar las páginas definitivas de la obra, el propio dibujante debe reflexionar varias veces sobre la historia y sobre como reflejarla. En ocasiones este trabajo depende enteramente del dibujante, otras veces, sin embargo, también es posible que el guionista deseara una interpretación concreta, en cuyo caso, esto se refleja en el propio guión.
En cualquier caso, el dibujante sigue teniendo libertad suficiente a la hora de plasmar gráficamente el guión como para no ser capaz de sacar el mayor partido posible a sus habilidades a la primera. Para ello, el artista debe realizar una serie de bocetos que reflejen la historia. Normalmente, son representaciones gráficas burdas, llenas de anotaciones a mano, flechas de movimiento, líneas y símbolos que solo tienen sentido para el propio dibujante.
Un buen proceso de bocetaje, con diversas remesas de borradores, es clave para obtener un buen resultado a la hora de dibujar un lápiz final.
El borrador final
que el dibujante considere el mejor o el más apropiado, no solo le permite
esquematizar su trabajo, también le permite no trabajar de memoria y centrarse
más en obtener un buen acabado en la obra a la hora de realizar la página definitiva que se
denomina "lápiz final", ya mencionado anteriormente.