Prueba de estado

Para el artista la prueba de estado significa la posibilidad que se se elige o rechaza y que si no es definitiva se llenará de anotaciones marginales: números que expresan los tiempos de mordida, letras que indican “aquí resina, aquí línea, aquí reservar”, etcétera. La primera prueba de estado, pese a ser posterior al boceto, suele convertirse en un borrador en el que aunque parezca un contrasentido, no se borra sino que se tacha, se enmascara, se corrige, se suma más que se resta. Es también el registro más directo del proceso creativo en la estampa orientando al grabador para que su intención artística prevalezca frente a la imposición técnica. “Todo guión es una historia contada en imágenes, un proceso de investigación creativa plagado de preguntas para las que deberás encontrar respuestas” (Luis Marías)
La  prueba de estado representa uno de los momentos más intimos del proceso de grabar, es un diario del artista, el saber o la ignorancia plasmada en una imagen, el acierto y la equivocación. Siempre insisto en el  valor que ha de darse a esta estampa que, aunque haya  recibido el nombre de prueba, es el testigo que se entrega a la conclusión final del grabado.  Desde aquí quiero reivindicar la importancia y el cuidado que merece. Que mereces.